martes, 15 de enero de 2013

SUERTE O COINCIDENCIA

       Hoy he vuelto a mis prácticas tras un breve fin de semana, y a mitad de tarde ha sonado la alarma de “box vital”. Es una alarma característica, que te impide concentrarte en otra cosa y se introduce en tu oído y cabeza estratégicamente para llamar tu atención. Como de costumbre, una vez más mi compañero y yo nos hemos dirigido al box vital.

     El paciente había sufrido una parada cardiorrespiratoria en la calle, justo al lado de una comisaría. Los policías iniciaron una RCP básica durante unos 15 minutos, y posteriormente el equipo del SUMMA continuó con un SVA, durante otros 15 minutos. Trascurrido el tiempo citado, el paciente salió de la PCR. A su llegada, se encontraba con intubación endotraqueal, ventilación mecánica, monitorizado, y con varias perfusiones intravenosas.


     El paciente ya llegaba reanimado a la urgencia, pero las posibilidades de una nueva PCR eran elevadas, por lo que fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos lo antes posible para una monitorización y tratamiento más exhaustivos. Lo que más llamó mi atención fue que realmente ese paciente había estado media hora sin vida, es decir, que si no llega a ser por la casualidad de que se había parado al lado de una comisaría, posiblemente ese habría sido el día de su muerte. Y el ver en el box a un paciente al cual le han devuelto a la vida, te hace plantearte muchas cosas una vez más, acerca del privilegio de esta profesión.


     Somos capaces de devolver vida, aunque muchas veces no una buena vida. Posiblemente este paciente, por el largo periodo de tiempo que ha estado en parada y debido a que presenta EPOC de base, tiene casi 80 años y lleva una prótesis de válvula mitral, es probable que los daños hayan sido irreversibles, y en caso de no ser así es posible que a lo largo de estos días sufra nuevas PCRs, hasta que una sea letal. Aunque, mi poca experiencia, me impide realizar un juicio correcto a cerca de las posibilidades que tiene este paciente de recuperar una buena calidad de vida.


     De una manera u otra, a no ser por la coincidencia de haber estado al lado de una comisaría, y de la asistencia que recibió de los policías y del posterior equipo sanitario, el paciente estaría MUERTO. Suerte, coincidencia, o quizás aquel no era su día.

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